Como humanos nos gusta sentirnos seguros, sentir que lo tenemos todo bajo "control", pero esto es una fantasía, ya que la vida es más grande que nosotros. La vida es movimiento, es cambio permanente, y no abrirse a ello nos hace sufrir. Puede que sientas que quieres realizar un cambio en tu vida, por que te sientes incómodo, atrapado y limitado en tu trabajo o rutina cotidiana. Pero salir de la zona de confort, de lo que ya conoces, de tu rutina, puede darte miedo, ya que es adentrarte a lo desconocido. Pero más allá de este miedo, si sigues caminando y abres tu corazón a confiar en ti, puedes encontrar un nuevo horizonte de posibilidades. Te comparto el cuento de La Vaca, para que despiertes tu sabiduría interior y comprendas su significado profundo. Como humanos nos gusta sentirnos seguros, sentir que lo tenemos todo bajo "control", pero esto es una fantasía, ya que la vida es más grande que nosotros. La vida es movimiento, es cambio permanente, y no abrirse a ello nos hace sufrir. Puede que sientas que quieres realizar un cambio en tu vida, por que te sientes incómodo, atrapado y limitado en tu trabajo o rutina cotidiana. Pero salir de la zona de confort, de lo que ya conoces, de tu rutina, puede darte miedo, ya que es adentrarte a lo desconocido. Pero más allá de este miedo, si sigues caminando y abres tu corazón a confiar en ti, puedes encontrar un nuevo horizonte de posibilidades. Te comparto el cuento de La Vaca, para que despiertes tu sabiduría interior y comprendas su significado profundo. LA VACA Erase una vez un Maestro sabio que paseaba por el campo con su discípulo. Cuando se encontraron con una humilde casa de madera, habitada por una pareja y sus tres hijos. Todos iban con ropa sucia y rota. Sus pies estaban descalzos y el entorno denotaba pobreza extrema. El Maestro le preguntó al padre de la familia cómo hacían para sobrevivir, ya que en aquel paraje no existían industrias ni comercio, ni se veía riqueza por ninguna parte. Con calma, el padre de la familia le contestó: "nosotros tenemos una vaca que nos proporciona varios litros de leche cada día. Una parte la vendemos y con el dinero compramos otras cosas y la otra parte la utilizamos para consumo propio. Así sobrevivimos". El maestro agradeció la información, se despidió y se fue. Al alejarse le dijo a su discípulo: "busca la vaca, llévala al precipicio y empújala al barranco". El joven se quedó espantado, ya que la vaca era el único medio de subsistencia de aquella humilde familia. Pero pensó que su Maestro tendría sus razones y, con gran pesar, llevó a la vaca al precipicio y la empujó. Aquella escena se quedó grabada en su mente durante muchos años. Al cabo del tiempo, el discípulo se sentía culpable por lo que había hecho, decidió dejar al Maestro, volver a aquel lugar y disculparse con aquella familia a la que había hecho tanto daño. Al acercarse, observó que todo había cambiado. Una preciosa casa estaba rodeada por árboles donde muchos niños jugaban y había un automóvil aparcado. El joven se sintió triste y desesperado porque pensó que aquella humilde familia vendió todo para sobrevivir. Cuando preguntó por ellos, le contestaron que seguían allí, que no se habían marchado. Entró corriendo en la casa y se dio cuenta de que estaba habitada por la misma familia que antes. Entonces, le preguntó al padre de familia qué había pasado y este, con una amplia sonrisa, le contestó: "Teníamos una vaca que nos proporcionaba leche y con la que sobrevivíamos. Pero un afortunado día la vaca se cayó por un precipicio y murió. En ese momento nos vimos obligados a hacer otras cosas, a desarrollar otras habilidades que nunca habíamos imaginado poseer. Empezamos a cultivar la tierra y teníamos para comer y vendíamos la otra parte al mercado, con lo que ganábamos compramos animales, con la venta de los animales arreglamos la casa y ahora es la única casa de húespedes de la zona. De esta forma comenzamos a prosperar y nuestra vida cambió". El confort de hacer «lo de siempre» Puede que, al igual que el discípulo, nos hayamos quedado horrorizados ante la decisión del Maestro de tirar a la vaca por el precipicio. Sin embargo, este cuento es una metáfora sobre el nuevo horizonte y las nuevas oportunidades que se te pueden abrir al soltar aquello con lo que te sientes muy cómodo en tu vida y al mismo tiempo te limita. En el momento en el que esa familia pobre se quedó sin ese sustento al que se aferraban para sobrevivir no les quedó otra que buscar alternativas. Pero, en vez de descubrir más pobreza, encontraron una manera de prosperar, algo que jamás habían imaginado. Si la vaca nunca hubiera desaparecido, continuarían viviendo en la pobreza, sin creer que podrían llegar más lejos. Muchas personas agradecen que existan momentos en su vida que, aunque dolorosos y difíciles, les obligan a salir de esa zona de confort en la que se habían instalado y permanecían estancados. Los seres humanos buscamos la seguridad, la comodidad, aquello que no nos haga sentir incertidumbre. Pero, cuando todo esto se viene abajo, descubrimos habilidades y cualidades que jamás nos habíamos imaginado. Estaban dormidas. Puedes, desde hoy mismo, mirar más allá de tus comodidades para ser consciente del potencial que tienes, porque no estás limitado, eres tu quien pone obstáculos. El salto está en confiar y actuar. Cada uno de nosotros tiene una "vaca" en su vida. ¿Cuál es la tuya? Categorías Todos
0 Comentarios
Tu comentario se publicará después de su aprobación.
Deja una respuesta. |